Cuando la carrera se ha quedado atascada en el lodo, podría ser momento de echar un vistazo al espejo para averiguar lo que va mal.
Cuando los profesionales IT piensan en “error”, por lo general piensan en términos técnicos: los errores en su código, los momentos incómodos en un entorno de producción, el evidente agujero en la seguridad en retrospectiva (estas cosas pueden ocurrir, y ocurren). Pero los errores de tecnología, a menos que sean de la variedad catastrófica (momento de buscar otra fiesta), suelen ser bastante directos. Entonces se debe reconocer el error, corregirlo, aprender de él y seguir adelante.
Los síntomas más comunes del auto-sabotaje de la carrera, según el ingeniero convertido en reclutador Steve Levy, conducen todos a un diagnóstico simple: cada uno.
Levy, quien es director de Reclutamiento Global de la compañía de plataforma de video de código abierto Kaltura y ayuda a moderar el Open Mic Career Chat (chat sobre carreras a micrófono abierto) en Twitter, es aficionado a observar cómo la gente no deja su humanidad en espera –y todas las buenas, malas y feas tendencias que vienen con ella– cuando llegan a la oficina. Las personas siguen siendo personas, y ese simple hecho crea un montón de trampas en el ámbito profesional. Evitarlas es un ejercicio de ser honesto con uno mismo, incluso cuando es una tarea desagradable. El problema central, de acuerdo con Levy, es que a menudo falta el requisito del autoconocimiento y la auto-honestidad en el juego de herramientas del profesional IT.
“Son las cosas que los profesionales IT, gente técnica, por lo general no quiere contemplar”, comentó Levy en entrevista con la publicación hermana, InformationWeek, en Estados Unidos. “Pero estas cosas que están realmente enfocadas en relaciones son las que desarrollarán o destruirán su carrera.”
A continuación, un vistazo a seis errores potencialmente importantes que los profesionales IT deben evitar, y algunas estrategias de solución si el daño ya está hecho, incluso cuando parece mínimo.
1. No tener un filtro
Existe un dicho de la Segunda Guerra Mundial que reza: “Labios sueltos hunden barcos”. En la era actual, donde los entornos multitareas (o tal vez el término más preciso sea “demasiadas tareas”) son la norma, y donde el profesional IT promedio podría recibir una llamada telefónica, su buzón de correo electrónico, mensajes instantáneos y medios sociales simultáneamente al menos en dos (o más) pantallas, labios sueltos hunden carreras. Se necesita ser reflexivo y consciente de lo que cada quien dice, escribe, twitea, envía en mensajes, publica, etc. (y de dónde lo hace).
Levy habla sobre la larga lista de fiascos corporativos en Twitter causados ya sea por un mal juicio o por un error que se pudo evitar, como que alguien con múltiples perfiles sociales publique accidentalmente contenido para la persona equivocada y se avergüence a sí mismo y a su empleador como consecuencia.
Levy invoca otro adagio, éste cortesía de los carpinteros, a modo de consejo para el público con los pies en la boca: “Mida dos veces; corte una vez”. Esto es especialmente útil cada vez que las emociones humanas se extienden incluso uno o dos grados más alto que cuando, por ejemplo, se está profundamente dormido.
“La regla que uso es: ¿Lo primero que quiere enviar? No lo envíe. ¿La segunda cosa que desea enviar? No la envíe. Por lo general, el tercer pensamiento es, probablemente, el indicado (y no lo meterá en problemas)”, aconseja el experto. Un recordatorio relacionado para los de labios sueltos: hay que pensar que el botón “Responder a todos” no es su amigo”, afirma Levy.
Si alguien ya ha metido “la pata” tan profundo, la mejor estrategia de reparación suele ser pedir disculpas en privado y de manera adecuada. Entonces también conviene dejar de hablar por un tiempo.
“Si está en una situación de haber metido la pata, lo último que desea hacer es seguir hablando –considera Levy–. Por lo general es porque habla demasiado.”
<Continúa: 2. Ser un poco demasiado sociable
